domingo, 17 de enero de 2016

¿Cómo crear tu kokedama?


               ¿Sabes qué es una kokedama?

    Se trata de una antigua técnica japonesa de cultivo donde no se utiliza ningún tipo maceta. Como su nombre indica Koke (musgo) y Dama (bola) es una planta cultivada en una bola de musgo. Tiene ciertas similitudes con la técnica de cultivo de los bonsáis ya que ambas retienen las plantas en una pequeña porción de tierra, pero los cuidados de las kokedamas son mucho más sencillos. Llenan de belleza cualquier espacio y no hay dos iguales. En este post te muestro los pasos a seguir para crear tus Kokedamas. ¿Te animas? Es muy sencillo y los resultados son asombrosos.


 

 

  

    ¿Qué tipo de plantas puedes usar en las Kokedamas?

 


   El interés que despiertan hoy las kokedamas no obedece solo a su facilidad de cultivo, sino también a su estética. Aportan una nota verde y fresca tanto dentro como fuera de casa, ya que admiten plantas de interior y exterior. En principio puedes hacer kokedamas con cualquier planta pero si quieres que dure bastante tiempo es mejor que uses una planta de interior, que no necesite luz directa del sol ya que sino no será compatible con el musgo y a larga el musgo o la planta terminarán muriéndose. También es importante que la planta elegida tenga un crecimiento lento sino rápidamente ocupará todo el sustrato y las raíces terminarán saliendo al exterior. Este hecho nos indica que la kokedama necesitará ser ampliada. Puedes emplear helechos, líquenes, plantas florales, silvestres, aromáticas, pequeños arboles… Las opciones que tienes para elegir son muy amplias.



         Para arma tu propia Kokedama

Necesitas:
Una planta de tu elección con poco desarrollo
Turba      ( Tierra vegeta)
Arcilla 
Musg
Hilo
Soguilla delgada (Si deseas colgarlas )



 

 

                ¿Cómo crear tu kokedama?

 

    Lo primero que tienes que hacer es una mezcla con sustratos:    3 partes turba y 1 de arcilla    
 Humedece la mezcla con agua y forma una bola de un tamaño apropiado al tamaño de la planta. Servirá de soporte a las raíces y aportará nutrientes. Haz un agujero en su interior para introducir la planta, presiona bien y cubre la bola con el musgo. El más apropiado es el musgo sphagnum (se utiliza para realizar jardines verticales) ya que es capaz de retener 20 veces su peso en agua. Con un hilo  vas dándole vueltas a la bola y haciendo pequeños nudos para que el soporte sea más estable. Es interesante que elijas un hilo fino de algodón del mismo color que el musgo para intentar que se vea lo menos posible. O, puedes darle el efecto contrario, es decir sujeta el musgo con un cordón grueso de un color llamativo que contraste con el color verde del musgo. Por ultimo sumerge la bola en agua templada hasta que deje de expulsar burbujas. Cuando esto suceda, simplemente hay que sacarla y permitir que escurra bien. ¿Sencillo, no?