sábado, 13 de octubre de 2012

YOGA AÉREO



  ¡Conoce todos sus beneficios!


El bienestar físico, mental y espiritual es una de esas metas que no muchos pueden alcanzar. Afortunadamente, aquellos que practican yoga pueden decir que han logrado un equilibrio perfecto entre estos tres planos de su ser.

Recientemente se ha escuchado con más fuerza del yoga aéreo como una nueva alternativa para quienes busca el equilibrio.( Omar Ananías, maestro de yoga aéreo del Centro Peruano de Yoga, el único con certificación oficial en el Perú)

¿Qué es el yoga aéreo y cómo nació?

Aquí se ha desatado gran confusión. Muchos creen que esta es una rama innovadora del yoga y que su práctica apenas se está descubriendo. Lo cierto es que este tipo de yoga es el que viene directamente del yoga milenario que se practicaba hace más de 5 mil años, amarrando unas sogas a los árboles y colgándose de ellas para realizar posturas en el aire.
 hoy en día se continúa enseñándola y difundiéndola, ya no con sogas entre los árboles, sino con arneses y telas súper seguras y cómodas. Por ello, este tipo de yoga se convirtió en un ejercicio muy terapéutico, ya que combinaba las propiedades de las posición invertida del cuerpo y el comfort de los arneses.

 

Una clase dura aproximadamente 45 minutos, y todos los maestros de yoga dicen que este tiempo es más que suficiente para desarrollar y relajar las partes del cuerpo

¿Cuáles son los beneficios del yoga aéreo?

En realidad, esta es una práctica sumamente beneficiosa para el cuerpo, ya que aprovecha al máximo la posición invertida del cuerpo y toda la libertad que ésta implica. Para mencionarte algunos beneficios, ¿recuerda cuando eras bebé y no había nada que te tranquilice más que tu mamá arrullándote y meciéndote?
El efecto tranquilizante del balanceo del cuerpo es innegable y los 5 cuerpos del ser -el cuerpo físico, cuerpo energético, mente, emociones y espiritualidad- son trabajados para lograr un estado de balance y salud óptima.


Existen pruebas de los grandes beneficios del yoga aérea, en el que el principal factor de cambio es la posición invertida. Cambiar de posición e invertirse totalmente puede resultar sumamente beneficioso. Es el antidepresivo más potente y desencadenante de la desintoxicación natural. No solo eso, sino que los órganos que estaba oprimidos y sin funcionar bien, comienzan a relajarse. Por eso se dice que el cuerpo revive y se rejuvenece.
La ventaja de la yoga aérea sobre la conocida simplemente como “yoga” -la que se realiza en el suelo- es simple: Si eres principiante, tienes una estructura que te sostiene y te da estabilidad. De esta forma, si no tienes equilibrio ni fuerza, de todos modos podrás practicar las posturas desde de la primera clase hasta la última.
Y si eres un experto en yoga, tal vez el suelo ya comenzaba a sentirse como una limitación para ti; por eso, encontrarás en el yoga aéreo la mejor forma de exigirte mucho más y de desarrollar fortaleza en un ejercicio más intenso.

¿Existe algún riesgo si practico yoga aéreo?

Ahora que ya te enseñamos que el yoga aéreo se realiza, precisamente, colgado de arneses y telas, debes estar pensando en los riesgos que pueden existir cuando se practica un ejercicio suspendido en el aire.
El único riesgo que corres es terminar completamente enamorado de todas las bondades del yoga.

Con respecto a las condiciones para practicar yoga aéreo, debes ser conscientes de que la seguridad es lo primero. Por eso, cuando te acerques a algún centro donde practiquen yoga, asegúrate de que el techo esté 100% optimizado para resistir el peso de tu cuerpo, y si está aprobado por ingenieros, mucho mejor.
Además ten en cuenta siempre que el columpio o el arnés son los únicos instrumentos para practicar yoga aéreo; elige el más adecuado para ti y cuida bien tu instrumento.

¿Dónde puedo practicarlo?

El yoga aéreo es una práctica ampliamente difundida en todo el mundo, tan solo es cuestión de buscar un centro cultural o un ginasio cercano a tu casa en donde lo dicten. Una vez que empiezas, verás que no puedes parar.
Si a estas alturas, ya estás enamorado del yoga aéreo, tranquilo, que el Centro Peruano de Yoga abre sus puertas para todos los interesados. 

viernes, 12 de octubre de 2012

¡Mamá,Mamá, tengo miedo!



El miedo es un mecanismo de defensa que poseemos los seres vivos. Todos tenemos miedo a algo. En el caso de los niños les ocurre que aún no son capaces de diferenciar lo real de lo imaginario con lo que generan ciertas angustias que nos inquietan.

Ya desde edad temprana lo manifiestan hacia elementos naturales como pueden  el mar los arboles etc. A medida que van creciendo, estos miedos tienden a desaparecer y se sustituyen por otros como el temor ante un perro, la oscuridad (el más común de todos) ó personajes extraños creados de su imaginación. La influencia de la televisión o historias que les contamos son en parte los grandes responsables. En cualquier caso, es bueno que sepas que muchos de estos miedos infantiles son la expresión de su proceso evolutivo.

¿Qué es lo que desencadena los miedos?
No hay duda que el factor ambiental es muy importante. Siempre digo que el clima familiar es el primer modelo de aprendizaje. Es de todos conocidos que no sólo heredamos los ojos o la nariz de nuestros padres, también patrones de comportamiento. Tu fobia a los perros o a los gatos  es fácilmente transmitida a tus hijos, sin darte cuenta puedes hacer que teman algo a lo que tú tienes pavor. De la misma forma también nos pasa a los padres que cuando nuestro hijo pequeño le teme a un animal, pongamos de ejemplo a un perro, empujamos al niño al animal diciéndole que el perro no les hará nada ¡error!, lo único que conseguiremos es crearle una ansiedad mayor y este miedo no tardará en convertirse en una fobia. Esta carga emocional intensa tiene un carácter desequilibrante en el niño y no favorecerá en nada su desarrollo psicológico.

Antes de contarte como mejorar este problema, es necesario reconocer si estos miedos son “normales”, llamémosles así, o por otro lado son más persistentes, con lo que podríamos estar hablando de fobias. ¿Cómo sabremos si nuestro hijo padece alguna? Las fobias suelen estar caracterizadas por permanecer durante un largo periodo de tiempo y ser de tal intensidad que altera en cierta forma el ritmo de vida del niño. En tal caso, si es conveniente acudir a la consulta de un profesional que pueda ayudarnos a resolver este problema.
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Si el niño teme a la oscuridad, y durante la noche nos llama es mejor presentarse en cuanto lo hace, no aprenderá a resolver sus miedos asustándose aún más. Explicarle que no hay monstruos en su habitación, insistir en que los monstruos no existen. Nada de ponernos a mirar debajo de la cama que no hay ogros en su habitación. De esta manera estamos afirmando la existencia de seres extraños, y lo importante es que comprenda que no existen, que es parte de su imaginación. Cuando te acerques a consolarle intenta no encender la luz de la habitación porque es importante que siga conciliando el sueño y no se despeje completamente. Es necesario que sepa que estás ahí Quédate un rato en su cama hasta que concilie el sueño de nuevo.

Es de gran ayuda dejar la puerta entreabierta o poner un piloto en su habitación de forma que alumbre y no esté en oscuridad absoluta.

Si el caso de tu hijo es cierto miedo a algunos animales, es útil desde pequeño ir enseñándole fotos, contarles historias en que los animales sean los protagonistas y poder evitar posibles miedos, pero si el niño ya tiene pavor a los animales tendremos que ir de manera gradual exponiéndolo a la situación de miedo; pero esto ya es más complejo, y en ocasiones es necesaria la intervención de un profesional.

Como ya he apuntado al principio no debemos preocuparnos en exceso por los temores de nuestros hijos siempre y cuando no se produzca de forma constante ó consideremos que pueda ser amenazante para ellos. A modo de resumen te señalo una serie de actitudes positivas ante los miedos:

- No transmitirles más miedos, necesitan crecer con seguridad y confianza, de manera que no debemos asustarles con historias del hombre que se los lleva si se portan mal o si no se acuestan a su hora.

- No conviene hacer burla de esos temores que nos cuentan e impedir que sus hermanos o primos se burlen de ellos.

- Tranquilizarle al observar que aumenta su ansiedad, distraerle con cualquier actividad…

- Intentar no ver películas o leer cuentos con historias de miedo o de personajes algo tenebrosos.

- Jugar al escondite, si puedes hacerlo que sea en pareja. Tú con el niño y que os busque el papá. Puedes esconderte debajo de la manta, dentro del armario… de esta forma irá perdiendo la angustia a la oscuridad.

- Leer a oscuras. Proponle leer con un cuento y una linterna. Háblale de la aventura que supone hacerlo de esta forma.

 Mónica S. Florido


jueves, 11 de octubre de 2012

Las pataletas de los niños, ¿Cómo actuar?





No hay niño que no haga una pataleta. Según el carácter, algunos niños suelen repetir este comportamiento con más frecuencia, pero en general las pataletas son en algún momento de la infancia, el método escogido por los niños para obtener algo que desean.

La reacción de los padres ante esta conducta es la clave para que los pequeños abandonen la idea de hacer pataletas o por el contrario, la identifiquen como la táctica perfecta para hacer su voluntad.

Entre los 18 meses y los tres años, la rebeldía y las pataletas predominan. Algunos pedagogos afirman que en este periodo se produce una fase de autonomía para desarrollar aspectos de su personalidad.

Quieren revelarse contra sus padres e imponerse en el mundo de los adultos, se vuelven tercos y oponen resistencia a las órdenes, especialmente si tienen mal carácter.

Cuando vamos de compras, no es raro que los niños se encaprichen con algún juguete y hagan un gran show con el fin de obligar a los padres a comprar el juguete. Comienzan a llorar, a gritar, se quedan estáticos y se niegan a caminar. Algunos hasta se tiran al suelo y se levantan sólo hasta que ven a la madre con el juguete en la mano para ir a pagarlo.

Un castigo no será suficiente para que el niño entienda que no debe hacer pataletas, por eso te damos algunos consejos que puedes aplicar y evitar que estas incómodas situaciones se vuelvan a repetir.

- Ignora. Si el niño ve que con la pataleta no está obteniendo lo que quiere dejará de hacerla. Gritarle o decirle que se calle no solucionará nada, la rebeldía predominará en su comportamiento, hará todo lo contrario a lo que le indiquen.

- Hablar en voz baja irá poco a poco calmando la situación. No hay que dejar que el niño perciba intranquilidad en los padres y si le hablan en voz baja notará que sus gritos no son necesarios.

- No hay que reaccionar con rapidez. A veces las pataletas también son una excusa para desahogarse, los niños también tienen derecho a enfadarse. Cuando el niño empiece a llorar déjelo y no atienda a sus lamentos, luego de unos minutos el pequeño ya se habrá desahogado y se le podrá hablar con calma.

- Nunca hay que darle al niño lo que quiere sólo por evitar el espectáculo. Es mejor vivir la incomodidad una vez, pero dominar las siguientes situaciones.

- Después de una pataleta trate de buscar algunos temas que hagan olvidar lo ocurrido. Hacer que el niño ayude en la compra, pedirle que le ayude a buscar productos ó decirle al pequeño que irán todos a comer unas pastitas, disipara la tensión del momento.