Tanto la
educación como los valores son importantes en la vida
familiar, al igual que el buen humor. Cuando los niños son pequeños es
más sencillo hacerles reír, pero a medida que pasan los años y los padres
comienzan a sentir la responsabilidad de su educación, se tienden a alejar de
las expresiones diarias de alegría y crean un clima tenso.
Muchas
veces se pasa más tiempo corrigiendo los errores de los niños o haciendo
énfasis en sus fallos que en crear un clima positivo. Nadie es perfecto, y por
muchas dificultades
que se encuentren en la educación de sus hijos, nunca hay que negarles expresiones de
alegría.
No
podemos olvidar que es igual de importante pasar buenos ratos con ellos,
divirtiéndonos y potenciar el buen humor, que por otro lado, ayuda
a educar mejor. Hay que tener en cuenta que los niños aprenden por
imitación, y cuanto más alegres y divertidos se muestren los padres, más
positivo será para ellos.
Hay muchas actividades que
permiten educar en el buen humor, como:
guerras de cosquillas, el juego del escondite en casa, hacer comentarios
divertidos manteniendo una expresión seria, salir a pasear y a jugar, hacer
preguntas aparentemente absurdas, leer cómics divertidos…las opciones son variadas,
y recuerda que la risa es una de las expresiones que más beneficios aporta a un
ser humano.
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